Una infancia asesinada / Juana Mora Alés


Una historia sacude el lienzo negro manchado de rojo. La niña se ha quemado, se ha desfigurado, para que no la violen más; tiene ocho años.

No es una historia de ficción ni de cuentos macabros, es una historia real a la que el mundo reacciona con diferentes visiones. Al menos,
espero no encontrar alguna frase de ninguna mujer, ni de ningún hombre para justificar el monstruoso acto.

Si pudiera mover la energía de mi estrella, si pudiera activar mi mágica pócima hecha de tristeza, de impotencia y también de fuerza y energías liberadoras, cercenaría de raíz el machismo asesino que ha llevado a esta pequeña a marchitar su belleza, su presente y su futuro, si es que lo tiene, con solo ocho años.

Hombres poseídos por el miedo, por una maldad inoculada, gota a gota, contra la libertad, contra la humanidad, contra la más mínima cota de felicidad. Porque no se puede entender ni defender la felicidad desde la sumisión, desde la renuncia a la elección, desde la entrega cobarde al fanatismo sin ningún tipo de duda y sin cuestionar los aberrantes métodos asesinos, castradores y destructores de la belleza, de la verdad, y de la vida.

Hoy pequeña, me he quemado un poco contigo, aunque mi dolor no es el tuyo, el mío es más cómodo, pero no menos intenso.

Mi pequeña estrella brillará un poco menos, pero su luz te llegará y te besará en tu belleza desfigurada.

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